octubre 15, 2020
El Toque

Foto reportaje: Las emprendedoras cubanas dejan su marca

Emprender en Cuba es una carrera de resistencia con obstáculos. Bien lo saben aquellos que desde el sector privado se proponen transformar su entorno y generar valores, a la par de ganar ingresos sostenibles. Sin embargo, tres mujeres consagran actualmente sus respectivos negocios pesea la crisis devenida de la Covid-19, los mecanismos del mercado y el machismo estructural.

Fundadora de Beyond Roots, Adriana Heredia y sus productos

Adriana Heredia decidió aplicar las herramientas aprendidas durante su licenciatura en economía y abandonó el magisterio para abrir el recorrido Beyond Roots en Guanabacoa -que acerca a los visitantes a la raíz de la cultura negra en Cuba- y luego creó una tienda de productos para afrodescendientes. Su color de piel no fue un impedimento para emprender, sino su condición de mujer, pues le costó trabajo erigirse como líder en un entorno de negociantes,en su mayoría hombres.

Saily González con emprendedores de Amarillo Co-working

Saily González administraba el hostal Amarillo BnB y capacitaba a los que se inician en esta labor por cuenta propia. En medio de la crisis que la pandemia generó en el sector turístico, supo reconfigurar sus conocimientos y esfuerzos para crear Amarillo Co-Working. Ese programa agrupa a los emprendedores con el objetivo de dotarlos de herramientas colaborativas y espacios para la comunicación y el marketing.

Por su parte, Katia Sánchez no detuvo el trabajo en su blog La penúltima casa. Su podcast y conferencias online en tiempos del nuevo coronavirus han servido de ayuda a muchas personas para reorientar su negocio, impulsar la comunicación digital y el valor de sus marcas. Para Katia ser mujer no significa una limitante a la hora de trabajar con su equipo, sí con algunos clientes. Reconoce, al igual que Adriana y Saily, que la principal barrera del emprendimiento en el país es la irregularidad del marco legal.

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