junio 7, 2021
Sandra Madiedo Ruiz

Startups estatales: el gobierno cubano también innova

Una nueva campaña unió a más de 40 emprendimientos tradicionales cubanos con el propósito de no pasar por alto el “14 de febrero” y de apoyarse mutuamente en medio del rebrote de la COVID-19 en La Habana. Como parte de esa campaña, se han conformado regalos que se entregan a domicilio y se cobran mediante las aplicaciones Enzona o Transfermóvil, que han sido determinantes para acelerar la adopción del pago electrónico de servicios privados y estatales.

Estas fintechs estatales y otras apps son un ejemplo de la doctrina mobile first – construye para móvil primeroque impulsa el Estado cubano, debido al incremento de líneas móviles y a su vez, el incremento del acceso a Internet a través de los datos móviles (IxDM).

De esta forma han desarrollado diversos proyectos de informatización que van desde la telebanca hasta la telemedicina. Es así que Cuba, en medio de la pandemia, ha apostado también por apps de autopesquisaje para la población como Pesquisador Virtual  y Pesquisactiva 19, esta última plataforma oficial de la dirección nacional de epidemiología del Ministerio de Salud Pública de Cuba (MINSAP).

De igual modo, el sector del transporte ha decidido apostar por aplicaciones como Viajando para adquirir y reintegrar un pasaje de ómnibus sin necesidad de desplazarse hacia las agencias “Viajero”; y La Guagua para conocer en tiempo real el itinerario de los buses en determinadas localidades.

Como parte del proyecto LexCuba, creado por el Grupo de Investigación de Informática Jurídica perteneciente al Centro de Gobierno Electrónico (CEGEL) de la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI), se ha desplegado el llamado m-goverment (gobierno móvil) que permite una atención mucho más directa al ciudadano mediante aplicaciones móviles. Un ejemplo de esto es el desarrollo de aplicaciones como iLexMinjus con el propósito de que los cubanos accedan y soliciten antecedentes penales, actos de última voluntad y declaraciones de herederos.

También existen otras apps estatales más allá de un uso específico como son Apklis- tienda de aplicaciones cubanas-, toDus y Picta, una app de mensajería instantánea y plataforma para la difusión de contenidos audiovisuales respectivamente.

En la Radiografía Apps / Startups Estatales en Cuba se encuentra una sistematización realizada a 24 aplicaciones móviles desde el año 2016 hasta el presente, lo cual evidencia cómo el sector estatal innova con soluciones en diversos sectores desde la telemedicina hasta la búsqueda de empleo. Se puede visualizar la base de datos que incluye una tabla de búsqueda con campos desde los nombres hasta las instituciones que las crearon.

Lo mostrado evidencia lo estipulado en la Política integral para el perfeccionamiento de la informatización de la sociedad en Cuba y, ratificado en el Decreto Ley 370  en lo relacionado con la generación de servicios y contenidos digitales en función de la soberanía tecnológica promoviendo “la empresa estatal socialista, como actor principal en esta industria y, de conjunto con las formas de propiedad y gestión no estatal”.

¿Pudiera decirse que algunas de estas apps son startups? Sí, muchas de ellas también buscan un modelo de negocio sustentable, replicable y escalable. Tal es el caso de las plataformas digitales toDus, Picta y Apklis que desde noviembre de 2020 están habilitadas para retener “un cinco por ciento de los pagos que realicen a las personas naturales que comercializan sus bienes o servicios en estas, por concepto de pago a cuenta del Impuesto sobre los Ingresos Personales y lo aportan al Presupuesto del Estado”. De esta forma, estas startups estatales no solamente estarían auto sustentándose, sino que ofrecen también un camino hacia la tributación digital a quienes las empleen con fines comerciales.

Muchas de estas apps y startups estatales son el resultado de la alianza entre la empresa-gobierno-universidad. En el Registro de programas y aplicaciones informáticas abundan los actores estatales en detrimento de los privados en un escenario que pretende “establecer modelos de negocios entre el operador de telecomunicaciones y los proveedores de servicios y aplicaciones informáticas, de manera que estimule la producción de contenidos digitales nacionales”.

Mientras que estas soluciones estatales avanzan con todo el respaldo legal y tributario, y la posibilidad de acceder completamente al mercado nacional –mediante convenios que les hacen posible producir aplicaciones que o no consumen datos o al menos solo consumen los megas nacionales-, en el sector privado aumentan las soluciones a algunas problemáticas de los cubanos. Soluciones necesarias y bienvenidas por el público, pero que carecen de la prioridad y las favorables condiciones de sus contrincantes estatales.

De igual modo, las aplicaciones no estatales, carecen de acceso a la difusión masiva en medios de comunicación y del acceso a espacios que respaldan su inserción en la sociedad como posibilidades de alianzas con el Ministerio del Transporte o la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA).

En medio de este contexto, somos testigos de una competencia bastante parcializada entre los pares de aplicaciones estatales y no estatales con igual propósito, como lo son Apklis y Cubapk; NCuba y la extinta Qbola; D´Taxi y las múltiples variantes de ubers a lo cubano. Una competencia a la que, en buena lid, el sector privado entra desprotegido y en la que no batalla en igualdad de condiciones.

Por su parte, los riesgos relacionados con la protección de datos y de la privacidad a los ciudadanos en el uso de apps producidas tanto por el sector estatal y el no estatal es una gran limitante para ambas. Actualmente no hay transparencia hacia dónde van esos datos o por cuánto tiempo se recolectan. Resulta que aún Cuba no cuenta con una Ley de Protección de Datos, la cual se prevé esté lista en noviembre de este año.

Cómo lograr un equilibrio entre estos dos sectores es aún una tarea pendiente. Si bien en Cuba el emprendimiento estaba restringido a licencias específicas, se notificó recientemente la  eliminación del anterior listado donde se recogían las 127 actividades aprobadas , por lo cual se adoptará el Clasificador Nacional de Actividades Económicas (CNAE), aunque quedan fuera áreas ilícitas como trabajo infantil o la caza y pesca de especies prohibidas.

Con este anuncio, el 2021 será un año de expectativas, con obstáculos para el emprendimiento, pero sin dudas con un gran impulso también para el emprendimiento de base tecnológica que toma auge con varios avances. Entre ellos, la creación de parques tecnológicos y La Fundación de la Universidad de La Habana donde se toman en cuenta ambas formas de gestión.


Sandra Madiedo Ruiz, periodista. Escribe sobre emprendimiento y tecnología. Investiga sobre cómo impactan las plataformas tecnológicas en la sociedad.

Ilustración por Wimar Vedercia Fuentes. Encuentralo en twitter @FuentesWimar.

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