diciembre 8, 2022
Glenda Boza

Nueva ola migratoria en Cuba: destinos, causas, cifras y perspectivas

Un hombre sin una pierna, una mujer de más de 80 años, una pareja con un niño de nueve meses de nacido o un joven con discapacidad motora figuran entre los cubanos que, en los últimos meses, han llegado a la frontera sur de Estados Unidos de América (EUA). Según los datos del Departamento de Aduanas y Protección de Fronteras de EUA, suman más de 224 mil en el actual año fiscal, desde octubre de 2021 hasta septiembre de 2022. ¡224 mil 607 cubanos en un año!

La cifra supera, incluso, a las mayores olas migratorias ocurridas desde 1959: durante el Éxodo del Mariel (1980) y la Crisis de balseros (1994). Estos cubanos, en su mayoría—o una buena parte, porque no existen cifras exactas—, tuvieron que atravesar Centroamérica usando vías ilegales y corriendo riesgos de todo tipo. Sin embargo, EUA no es el único destino que buscan los cubanos. Como diría la canción Catalejo del grupo musical Buena Fe: “les da lo mismo Tokio, Barcelona que Moscú”.

Puerta de entrada: Nicaragua

La ola migratoria de los últimos meses en Cuba coincide con la reapertura de los aeropuertos, tras los momentos más difíciles de la pandemia de COVID-19 y el anuncio de la eliminación del visado para viajar a Nicaragua.

A finales de noviembre de 2021, el gobierno de Daniel Ortega anunció que no exigiría visas a los cubanos que viajaran a su territorio. Muchos encontraron en esta decisión una oportunidad para emigrar, a través del cruce por Centroamérica hasta la frontera mexicana-estadounidense. Para algunos se trataba de un gesto cómplice entre el gobierno de La Habana y sus aliados nicas, sospecharon que podría constituir una “válvula de escape” ante la profunda crisis económica, política y social del país.

Luego, ante la creciente demanda de vuelos entre Nicaragua y Cuba, varias aerolíneas y agencias turoperadoras comenzaron a sacar partido y cobrar altos precios por los pasajes, que podían incluir hasta tres escalas. En la mayoría de los casos, los boletos los compraban cubanos residentes en el extranjero dispuestos a pagar altas sumas de dinero para poder reunirse con sus familiares. Un boleto de ida y vuelta de La Habana a Managua, por ejemplo, antes de la pandemia, costaba entre 500 y 800 USD. Tras la eliminación del visado, y a sabiendas de que se perdería el billete de regreso, puede costar todavía entre cuatro mil y cinco mil USD, un precio muchas veces aumentado por las comisiones de los intermediarios.

Los testimonios del recorrido hasta Estados Unidos son variopintos: enlaces con coyotes en Nicaragua, traslados por la noche, pago a policías y en retenes, transporte por aire, agua, tierra y hasta en caballos, falsificación de documentos, detención en centros para migrantes, accidentes, violaciones, robos, secuestros, e incluso la muerte (108 cubanos), son situaciones por las que han vivido quienes escogieron esa ruta migratoria. En más de 10 mil dólares está calculado el precio promedio de los viajes, según el testimonio de varios cubanos que han alcanzado el “sueño americano”. Además del pago del pasaje, el recorrido por Nicaragua, Honduras o El Salvador, Guatemala y por último México puede llegar a costar siete mil dólares por persona, a pesar de los riesgos de deportación. 

Sin embargo, en muchos casos, no bastaba con tener el dinero y un pasaje a Managua en mano. En febrero y marzo de 2022 varios cubanos se “plantaron” frente a las embajadas de Costa Rica y Panamá, en La Habana, como protesta ante la imposición, sin previo aviso, del requisito del visado de tránsito; una medida que afectó a muchos que ya tenían pasaje comprado y que tuvieron que cancelarlo o reprogramarlo.

Destino Estados Unidos

Es lógico que sea EUA el principal destino de los cubanos que desean emigrar. ¿Qué cubano no tiene un familiar, un amigo o conocido allí? La mayor comunidad cubana en el extranjero —se calculan unos dos millones— se encuentra en ese país. Por tanto, existen mayores redes de apoyo y, además, la posibilidad de aplicar a la Ley de Ajuste Cubano (en vigor desde 1966), legislación que permite regularizar con mayor rapidez el estatus migratorio, una “facilidad” que pone a los cubanos en mejor situación que el resto de inmigrantes.

Según las estadísticas disponibles, desde 1860 hasta 2019 Cuba generó olas migratorias de más de 1 millón 600 mil salidas hacia los Estados Unidos. Aproximadamente el 28% de esa cifra ocurrió entre 2010 y 2019. Un estudio del periodista francés Salim Lamrani: “La emigración cubana hacia los Estados Unidos de 1860 a 2019: un análisis estadístico y comparativo”, reveló que los 479 818 cubanos que emigraron en la segunda década del siglo XXI (de 2010 a 2019) representan el 4,2% de toda la población cubana en esos años (cifra de 11 millones que no ha variado desde 1997).

En la actual ola migratoria hacia EUA no todos los cubanos han podido hacer la ruta a través de Centroamérica. A pesar de la eliminación en 2014 de la política Pies Secos Pies Mojados, todavía son miles quienes tratan de llegar por mar a las orillas de la Florida, y finalmente terminan deportados. Desde octubre de 2021, suman tres mil 369 los balseros cubanos interceptados por la Guardia Costera de EUA tratando de alcanzar territorio estadounidense.

La mayoría de los que han llegado a la frontera sur de EUA ha solicitado el refugio político. A pesar de salir con un grillete en la pierna y una fecha para comparecer en el juzgado, dicen sentirse en libertad, en alusión a las limitaciones en materia de derechos y la represión al pensamiento disidente en la Isla, acciones que han aumentado desde las protestas del 11 de julio de 2021.

No obstante, el Gobierno cubano acusa a la administración Biden de ser la culpable de la nueva ola, por mantener una política preferencial que incita a los migrantes cubanos; por incumplir los acuerdos que establecen el otorgamiento de 20 mil visas anuales; por no realizar los trámites migratorios en la embajada de La Habana; y por sostener una política de sanciones económicas que dificultan el desarrollo del país.

Tras las conversaciones migratorias entre ambos países en mayo pasado, el gobierno de EUA anunció una serie medidas que incluyen la reapertura de algunos servicios consulares en su embajada en Cuba, pero la mayoría de los trámites continúan realizándose en terceros países, o en la embajada de Guyana para los casos de reunificación familiar. Esto cambiara con la reapertura de la embajada estadounidense en enero 2023.

Destino Europa y Latinoamérica

Aunque las acusaciones por parte del gobierno cubano no carecen de lógica, se obvia o minimiza la causa principal de la actual ola migratoria, y es la tensa situación que vive el país desde inicios de la pandemia en marzo de 2020, que se ha recrudecido en los últimos meses. Muestra de ello es el considerable aumento de migrantes jóvenes —fundamentalmente— que han optado por países europeos como España, Rusia, Serbia o Italia.

En los últimos años, España se ha convertido en uno de los principales destinos de los cubanos y según datos publicados por la prensa, el total de cubanos emigrados que permanecen en territorio español asciende a 188 mil 353, de los cuales 96 mil 886 ya han logrado la nacionalidad española, otros 67 mil 967 son residentes legales y 23 mil 500 permanecen en situación irregular, incluidos los que tramitan actualmente su legalización.

La estancia por estudios ha sido una de las vías más utilizadas por los jóvenes que deciden emigrar a este país, y que luego deciden quedarse. Hasta el 31 de diciembre de 2021, mil 438 cubanos tenían autorización de estancia por estudios en vigor.  Por otro lado, la Ley 52/2007, conocida como Ley de Memoria Histórica, otorgó la nacionalidad española a unos 150 mil cubanos, cuya descendencia, en muchos casos, también ha encontrado la forma de llegar al país ibérico.  Tras la reciente aprobación de la Ley de Memoria Democrática, se estima que otros cientos de miles de cubanos accedan a la nacionalidad española.

El caso de Rusia y recientemente Serbia, no es menos revelador. Aunque para los cubanos es sumamente difícil obtener un estatus regular tras su llegada a esos países, el libre visado ha hecho que sean utilizadon como punton iniciales de una travesía hacia países de la Unión Europea. El costo puede variar entre los 4 mil y 6 mil dólares americanos. A pesar de tener muchas menos posibilidades de éxito que aquellas desde Centroamérica hasta Estados Unidos, tras el reinicio de vuelos entre Cuba y Moscú a finales de 2021, muchos vieron, a través de esta ruta, una oportunidad para llegar a los países del espacio Schengen.

Sin embargo, varias noticias han dado cuenta de cubanos varados en Grecia, Serbia, Macedonia o Bielorrusia, hasta de quienes se han quedado atrapados, más recientemente, por el conflicto entre Rusia y Ucrania. La mayoría trata de encontrar trabajo en estos países y establecerse, aunque no de forma definitiva, sino para evitar regresar a una Isla en crisis, y a la espera de poder trasladarse hacia territorio italiano u español, fundamentalmente.

Otras rutas menos mediáticas como Ecuador, Chile, Panamá, Colombia, Brasil y Uruguay también se encuentran entre los destinos de los cubanos, quienes llegan a estos territorios latinoamericanos por las vías del estudio, contratos de trabajo, o a través de coyotes. Recientemente la prensa local uruguaya informó que en ese país se niega el refugio al 85% de los solicitantes cubanos, que argumentan razones económicas en sus solicitudes y estas no justifican el refugio.

¿Por qué emigran los cubanos?

El cubano no ha dejado de emigrar, pero en los últimos años las cifras eran menos llamativas porque, a nivel interno, el comercio minorista no estaba completamente ocupado por tiendas en moneda libremente convertible (MLC o dólar bancario), moneda en la no pagan los salarios comunes y con un cambio oficial diferente al informal. Tampoco se había iniciado el ordenamiento monetario que ha devaluado el valor del peso cubano y producido altos niveles de inflación. La economía no había sufrido un desplome de la magnitud de estos últimos dos años, con un decrecimiento de un 13% del PIB y más de 500 empresas estatales con pérdidas; ni había un nivel de desabastecimiento tal que incluyera alimentos, productos de aseo personal, ropa, zapatos, medicamentos, etcétera.

La crisis que trajo la pandemia de COVID-19 con la caída del turismo y las consecuencias del embargo estadounidense también han influido en la difícil situación que enfrenta hoy el pueblo cubano. De igual manera, las protestas del 11J llegaron para visibilizar, como nunca antes, la represión gubernamental contra el pensamiento disidente. Todo esos factores han incidido en la actual ola migratoria que vive Cuba y que, además de la separación de familiares, también traerá consecuencias a corto, mediano y largo plazo, en el desarrollo de la sociedad.

Muchos de los cubanos que hoy han emigrado se encuentran en edad económicamente activa, lo que está dejando a la Isla sin fuerza de trabajo, un problema que ha sido analizado en las altas esferas del gobierno y que afecta sectores importantes como la agricultura y los servicios. La tendencia negativa del saldo migratorio se manifiesta, además, en el envejecimiento poblacional de la Isla, una de las naciones con las mayores cifras de ancianos en el continente americano.

Paralelamente, aunque existen altos índices de esperanza de vida, las mujeres —capaces de garantizar el nivel de reemplazo de la población— suelen retrasar su primer hijo hasta después de los 30 años o deciden no tenerlo en Cuba. Así, muchas de las cubanas que se van del país se encuentran en edad fértil y esperan a residir en el extranjero para tener descendencia. Otras deciden abandonar el país con toda su familia. Un reportaje del periódico de Ciego de Ávila Invasor, alertó que la emigración es una de las principales causas de baja escolar en esa provincia. Solo en EUA, en el actual año fiscal, han entrado por la frontera unos 550 menores de edad.

Cuba no es solo un país cada vez más viejo, sino también un país donde mueren más que los que nacen y donde la población decrece, según los más recientes datos de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI). En su más reciente Anuario Demográfico, revela que desde 1978 no existe un reemplazo generacional, cuya Tasa Global de Fecundidad (TGF) es menor (1.45 en 2021) a los 2.1 hijos por mujer necesarios para revertir el envejecimiento.

En 2021 residían (se incluyen los cubanos con menos de 24 meses en el exterior) en Cuba 11 millones 113 mil 215 personas, 68 mil 380 menos que las contabilizadas el año anterior, siendo el descenso registrado más pronunciado desde 1980. En el 2021 hubo 99 mil 096 nacimientos (primera vez que se registra una cifra inferior a 100 mil) y 167 mil 645 defunciones, una cifra muy superior a la tendencia histórica.

En materia económica, el especialista Omar Everleny asegura que los efectos de la actual ola migratoria también se manifiestan en la economía nacional, la cual no puede captar las divisas que se destinan para trámites migratorios o que salen del país. “Un cálculo muy simple, solo estimando que lleguen a los Estados Unidos unas 100 mil personas a lo largo del 2022 a un gasto de entre ocho mil y 10 mil por persona, estamos hablando de un valor de entre 800 o 1 000 millones de dólares que salen del país o no llegan al país», dijo.

El Censo de Población y Viviendas a realizarse próximamente no podrá decirnos los datos reales de cubanos que viven en la Isla, porque los cubanos mantienen su residencia hasta 24 meses después de su salida —o por más tiempo en la actualidad debido a las flexibilizaciones del gobierno por la pandemia—, pero la sensación popular es de soledad.

Tras historias de muertes, accidentes, robos, secuestros, asaltos, y el tráfico de personas que supone la emigración ilegal, los cubanos continúan vendiendo sus pertenencias, siendo víctimas de estafas, aplicando a becas y convocatorias, y hasta poniendo en riesgo la vida de sus hijos menores de edad, con tal de llegar a otro país.

—¿Por qué se van los cubanos, arriesgándolo todo?

—Porque tienen una sola vida y muchos están hartos.

Las crisis económicas cíclicas; la arenga de los funcionarios que piden resistencia, pero desconocen la realidad del pueblo; los constantes apagones de hasta ocho horas diarias; el desabastecimiento; la escasez de medicinas; el declive de los sistemas de salud y de educación; la burocracia; la represión al pensamiento opositor y la violación de derechos, son demasiadas situaciones para soportar en una sola vida.

A las crecientes cifras de gente que se va, se suman aquellos que también quieren hacerlo, pero no han podido, y enfocan todo su esfuerzo, no en el desarrollo del lugar donde viven, sino en emigrar. El éxodo de cubanos solo puede revertirse con la creación de oportunidades y la implementación de medidas que permitan revertir la dura realidad en que viven. A simple vista, no parece que vaya a suceder pronto.


Glenda Bozaes periodista para elTOQUE.

Ilustración por Maikel Martínez Pupo. Lo puede encontrar por
@MaikelStudio @maikelmartinezpupo.

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