junio 15, 2020
Aldo Alvarez, Co-editor

Presentamos a Nuevos Espacios

Los cambios que ha sufrido el entramado social cubano, sobre todo en la última década, han traído como resultado una configuración más heterogénea de la sociedad cubana. En comparación con la década de los 90, las nuevas generaciones de cubanos que conforman actualmente el mosaico social, aúnque comparten los elementos de identidad nacional, lo hacen desde una perspectiva distinta entre sí, y con visiones diferentes del mismo país.

El proceso de transformación social de la sociedad cubana que identificamos a día de hoy ha sido posible a partir de la suma de modificaciones de múltiples elementos aparentemente independientes entre sí. Esto se traduce en una población que tiene unas diferencias contrastadas en relación con sus condiciones económicas, sus líneas de pensamiento, sus posiciones políticas, sus fuentes de ingresos, sus retos personales, aspiraciones profesionales y paradigmas de comportamiento.

Algunos de los cambios ocurridos en la última década estuvieron enfocados en la eliminación o sustitución de normativas y regulaciones que provenían de épocas previas y que no se adaptaban a la nueva realidad que desde hacía un buen tiempo ya era reconocida y reclamada por la sociedad. La posibilidad de compraventa de inmuebles y carros, de tener un móvil a nombre propio, de acceder a las instalaciones hoteleras del turismo, de viajar sin obtener un permiso, así como la potenciación del sector privado (aún insuficiente) y la conectividad a internet vía antenas, entre otros muchos factores, aunque parecen algo normal en nuestra cotidianidad actual, hace tan solo doce años eran impensables en la realidad de los cubanos.

No obstante, en medio de un proceso de transformaciones positivas, también nos encontramos con la incorporación de otro tipo de medidas, que en algunos casos, han mantenido un perfil conservador y represivo (decretos 349 y 370). En otros casos, la lentitud para la aprobación e incluso la ausencia de las regulaciones necesarias para continuar dicha transformación nos permite identificar que nos encontramos ante un proceso vivo y en constante debate, incluso consigo mismo.

En este sentido, podemos identificar que los cubanos de hoy se enfrentan a la reinterpretación de varias cuestiones que son definitorias para una sociedad. Dos de las que consideramos más relevantes son las relacionadas con el acceso y la distribución de las riquezas. Lamentablemente, el reconocimiento de una nueva realidad económica se ha mantenido en un estado de postergación continua, como si de esa manera se pudiese frenar su inevitable desenlace.

Asimismo, el fenómeno de la transnacionalidad, y la incorporación de la emigración circular a nuestra cotidianidad han permitido modificaciones evidentes en nuestra sociedad. La  emigración cubana finalmente se liberó de su “connotación negativa”, al tiempo que se propicia su mejor coexistencia con el resto de los ciudadanos residentes permanentes en la nación. Aunque, aún quedan varios asuntos pendientes para lograr una mayor integración social, la posibilidad que tiene ahora la emigración cubana de poder incidir en la economía y en la sociedad es un gran paso de avance para este sector.

«Esta sociedad cubana a la que hoy nos asomamos, en nuestra consideración, ha sido posible porque durante los últimos años las nuevas generaciones de cubanos han sido capaces de cuestionar y de empujar los límites establecidos en las realidades anteriores de manera firme y continua.»

De esta manera, el contacto permanente  con el flujo de expatriados y turistas que llegan al país y la propia incidencia de la emigración cubana, han propiciado que se  incorporen valores y experiencias de otras sociedades que en algunos sectores nos llevan una considerable ventaja. Así, hemos adquirido una mayor conciencia sobre temas como la violencia de género, los derechos de la comunidad LGTBI, la protección al consumidor, el comercio electrónico, el derecho al acceso masivo y sin limitaciones a Internet, la protección de los animales, entre otros.

Por su parte, la germinación de los medios de prensa independientes y la penetración de las redes sociales han acelerado los tiempos de expansión de las noticias y han acercado a la ciudadanía a una realidad que les había sido negada durante mucho tiempo. La diversificación del ecosistema de medios de prensa y de plataformas de acceso a la información, han tenido como consecuencia que las noticias lleguen desde distintas perspectivas, ya no con una voz y enfoque unilaterales. Al mismo tiempo los canales oficiales han tenido que adaptarse a las nuevas reglas del ámbito noticioso en el país. Esto significa que aunque en el sector informativo oficial aún persista la narrativa del sobrecumplimiento como referente, en algunos casos ya se puede encontrar un diálogo más franco y directo hacia algunos de los problemas que acucian a nuestra nación.

Pudiéramos seguir en la enumeración interminable de estos elementos, pero entendemos que los mencionados son suficientes para identificar que la sociedad cubana actual es más abierta, plural y diversa que sus predecesoras.

Esta sociedad cubana a la que hoy nos asomamos, en nuestra consideración, ha sido posible porque durante los últimos años las nuevas generaciones de cubanos han sido capaces de cuestionar y de empujar los límites establecidos en las realidades anteriores de manera firme y continua. Al igual que han  demandado, una y otra vez, que se les fueran devueltos aquellos espacios que perdieron en el pasado y han creado otros nuevos espacios que ya consideran como propios e inalienables.

Aunque no se pueda hablar aún de un cambio de mentalidad que abarque a toda la sociedad, necesario para las transformaciones sociales más profundas que entendemos se requieren en nuestro país, estos “nuevos espacios” constituyen verdaderos campos de batalla intelectual donde se fraguan las contiendas por nuestro futuro.

Desde el Cuba Study Group, consideramos que a esos Nuevos Espacios nos debemos todos aquellos que no solo deseamos, sino que también intentamos realizar un humilde aporte al progreso y mejoramiento estable pero constante de las condiciones de vida de la sociedad cubana actual, y sobre todo, de la del mañana.

Con esta intención, invitamos a participar y ser parte de estos Nuevos Espacios tanto a todas esas nuevas voces diversas, esenciales e influyentes, que configurarán a la sociedad cubana, como a todos aquellos que quieran continuar expandiendo los límites de la realidad de nuestra Cuba.

Aldo Alvarez es un abogado y miembro «Joven Profesional» del Cuba Study Group. Vive en La Habana, Cuba.

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